Nada fue igual después del 3 de junio de 2015: tras un breve pero intenso periodo de organización miles de personas salieron a la calle de su pueblo o ciudad para manifestarse contra la violencia patriarcal. Carteles, fotos de víctimas, frases que resultaron icónicas y cantos que hasta hoy se replican en las marchas por su potencia, por su condición revolucionaria, por su necesidad de poner un freno a las cosas tal como se venían dando. Ni Una Menos logró posicionarse como un hashtag que se hizo fuerte en los trabajos, en las escuelas, en las universidades; transformó la manera en que se valoran los testimonios, los debates álgidos, la mirada sobre ese colectivo que quiere a todxs adentro: el de los transfeminismos que son, hoy en día, diez años después, la gran amenaza de las derechas. Por algo séra. 

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